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Ruperto Chapí Lorente nació en Villena (Alicante) el 27 de marzo de 1851. Fueron sus padres, José, un modesto barbero y Nicolasa. Tuvo dos hermanos mayores, Isidoro y Eduardo y cuatro hermanas. Tanto el padre como el resto de la familia, eran grandes aficionados a la música, y desde temprana edad el niño Ruperto mostró decidida inclinación,-quizá por influencia familiar- hacia la música, comenzando a estudiar solfeo a los cinco años con el director de la banda local, denominada Música Nueva, y con la ayuda y consejos de su padre. En esta Banda llegó a tocar el flautín por ser el único instrumento que sus pequeñas manos podían manejar.

Un nuevo director de aquella Banda, D. Higinio Marín, mucho más preparado que el anterior, contribuyó enormemente a la formación del joven Ruperto. Bajo su tutela aprendió a tocar el cornetín, del que pronto fue, más que solista, un virtuoso y como tal, muy solicitado en la comarca para reforzar otras Bandas. Pronto se extendió su fama como instrumentista, siendo conocido como “el xiquet de Villena”.

A pesar de su escaso bagaje artístico, a los nueve años comenzó a escribir pequeñas piezas para la Banda, lo que demuestra cierta precocidad.... y audacia. De aquella época data una obertura titulada Un sueño que escribió a petición de una pequeña orquesta de Bocairent, población en la que era muy estimado. También por aquel tiempo trazó el plan de una fantasía titulada Un día entre bosques. Constaba de seis movimientos y era altamente descriptiva, lo que nos induce a pensar que ya sabía algo de instrumentación.

A los doce años, dirigía en Villena una pequeña Banda, para la que compuso o arregló infinidad de piezas cortas y a los quince años, fue nombrado director de la Banda Música Nueva, en la que se había iniciado y para la cual también escribió un extenso repertorio con el que elevó, aparte de su eficaz dirección, a gran categoría el nivel artístico del conjunto.

Tenía dieciséis años, cuando compuso la música de una zarzuela titulada La estrella del bosque. El libro era de otro muchacho de Villena. Ni que decir tiene que según sus biógrafos, la música estaba llena de defectos propios de quien no había estudiado armonía ni composición, pero no obstante revelaba intuición y una serie de ideas que, aunque ingenuas, no estaban mal orientadas. Podemos adivinar ya en esto el profundo sentido teatral de Chapí, que tanto le ayudaría tiempo después.


Casa donde nació Ruperto Chapí

 

 

 


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